sábado, 24 de julio de 2010

PROTEGER EL DRAGO DE GENOVES

En la foto: Drago de Genovés.(Garachico)

Prácticamente en todos los pueblos de las Islas Canarias podemos contemplar con orgullo uno o varios de esos arboles llamados drago y que es sin duda alguna el símbolo del archipiélago canario.

El drago más famoso de canarias es el llamado Drago milenario que se encuentra en Icod de los Vinos. Luego hay otros como pueden ser el de Tacoronte, Los Realejos, Puerto de la Cruz, La Orotava, etc.

Genovés tiene también su propio drago como no podía ser menos. Pero el drago de Genovés como el de tantos otros pueblos no es famoso y por ese motivo se encuentra en un estado lamentable.

Al drago de Genovés le ha tocado subsistir en un lugar nada recomendable si se nos ocurriera pensar que podría llegar a vivir mil años, e incluso me atrevo, sin saber su edad, a que pudiese vivir unos cientos.

El lugar está totalmente descuidado y rodeado de maleza, llegando incluso en una ocasión, a estar a punto de ser engullido por la hiedra. Gracias a algún vecino que tuvo la buena idea de hacer una buena limpieza y despejar este árbol de tan mefítico inquilino. De no ser así, posiblemente Genovés ya no tendría drago.

Seria conveniente que desde la Administración se tomara en cuenta el estado del drago de Genovés y se le diera la protección necesaria, limpiando sus alrededores e incluso es posible hacer en su entorno un pequeño parque.

martes, 13 de julio de 2010

LA ILUSION VOLVIÓ A NUESTROS CORAZONES

En la foto: banderas española y canaria en Garachico.
Yo, que no soy nada futbolero, he de decir que he disfrutado de algunos partidos del Mundial de Futbol 2010. He disfrutado no de muchos, tan solo de algunos partidos, sobre todo, los de la selección española –que no la roja- y he de decir que, aunque hace tiempo lo vengo diciendo, en el último partido se pudo demostrar que los españoles hemos perdido la ilusión por todo, y cuando un pueblo no tiene ilusión, mal asunto.

Pero la ilusión volvió a los corazones de la inmensa mayoría de los españoles tan solo al pensar que nuestra selección de futbol, la española, podía quedar campeona del Mundo.

Así fue, el domingo pasado como todos sabemos España, y tras un partido de futbol contra una selección marrullera de futbolistas agresivos y mal educados España haciendo lo que pudo con un juego limpio y noble quedó campeona mundial. ¿Quién lo iba decir?

Me alegré bastante con esa victoria a pesar, como ya he dicho, que no soy nada aficionado al futbol. Pero ante aquella gente que lo único que sabia era hacer, eran trampas y dar patadas a parte de protestar por todo, España se merecía un triunfo, tan solo por la nobleza de sus jugadores y el saber estar. Aguantando y aguantando, y con un arbitro que nada nos regaló, más bien todo lo contrario.

Por eso, cientos de miles de españoles salieron de sus casas para ver el partido en la calle, en los bares, y las terrazas. Querían compartir esa ilusión que poco a poco han ido perdiendo aunque solo fuera por unas horas. Y al siguiente día lo mismo, tras la victoria, las calles de Madrid abarrotas de gente como ya pudimos ver en todas las televisiones.

Pero, ¿Cuánto nos durará esa ilusión? Creo que poco, ojalá me equivoque, pero la alegría en la casa del pobre dura muy poco, más bien nada. Mañana volveremos a la cruda realidad porque nadie sabe como ilusionarnos o al menos dejarnos en paz con nuestros sueños y esperanzas.

Volveremos a guardar nuestra Bandera en un cajón y no volveremos a sacarla por miedo al que dirán. Nos pueden llamar fascista o cosas peores y esconderemos nuestra dignidad por miedo, un miedo ficticio porque nos han hecho creer que mostrar en público nuestra enseña está mal.

Muchos podemos recordar –unos con orgullo, otros de otra manera- que un día hicimos un juramento con un beso sobre esa bandera que hoy algunos detestan y que nadie sabe explicar el motivo. Solo porque a “cuatro” así se les ha ocurrido, así, sin más explicaciones salvo su ignorancia y su maldad.

Por eso es conveniente que los españoles nos ilusionemos nuevamente, pero no solo con el futbol, con nuestro quehacer diario, nuestro trabajo, nuestra familia, nuestros amigos… Nadie tiene derecho a arrancarnos la ilusión. Nadie tiene derecho a quebrantar la paz de nuestros hogares. El ser humano no puede vivir sin ilusión y aquel que ose quitárnosla no merece vivir entre los seres humanos.


Por eso, yo, que no soy nada futbolero me alegro de que la selección española haya quedado campeona del Mundo, porque nuevamente ha reconstruido en mí la ilusión perdida aunque solo sea por unas horas.


Por cierto, que buena gente son todos los periodistas deportivos, todos a una empujando. Que pena que hayan muchos otros que lo que único que hacen es crispar en la vida diaria. Facil es la solución y está en nuetras manos.