domingo, 26 de abril de 2015

¿QUIEN DEFIENDE A LOS CRISTIANOS?

*San Esteban fue un diácono, considerado el protomártir (primer mártir) cristiano. Es uno de los pocos santos, al margen de los apóstoles o la propia familia de Jesús, que aparece mencionado en los Evangelios canónicos.
La figura de san Esteban se encuadra a principios del siglo I, momento en el que el Cristianismo era considerado una secta más del Judaísmo.
 Según los Hechos de los Apóstoles, Esteban era el líder de los siete diáconos nombrados por los apóstoles en defensa de los judíos helenistas, esto es, aquellos judíos de la diáspora que hablaban griego a pesar de vivir en Jerusalén. Desde esta posición, Esteban denunciará las preferencias que la Iglesia daba a los judíos hebreos frente a los judíos helenistas, condenando a su vez el uso del Templo de Jerusalén como asiento de la idolatría contraria a la Ley de Moisés y afirmando que sólo Jesús estaba llamado a espiritualizar el culto del templo.
Estas ideas chocarán con los intereses materiales de la casta sacerdotal y con las creencias del pueblo judío, lo que acabará incomodando a los fariseos de algunas sinagogas, quienes acusarán a Esteban ante el Sanedrín de blasfemia contra Moisés y contra Yahveh. La asamblea lo considerará culpable y Esteban será lapidado a las afueras de Jerusalén mientras, según la tradición, oraba por sus verdugos, diciendo: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado". Entre los participantes se encontrará el futuro San Pablo, aunque las fuentes no mencionan su partición en el apedreamiento, sí mencionan que cuidó la ropa de los que lo hacían.

Han pasado veinte siglos y el Cristianismo sigue siendo perseguido y nadie dice nada. No se oye a nadie de la clase política alzar la voz en ninguna parte del mundo para denunciar los lamentables hechos que a diario están ocurriendo en países como Pakistán, Siria, Libia, Corea del Norte, Nigeria y un largo etcétera. En muchos medios de comunicación ocurre lo mismo, solo algunos alzan la voz y solo queda en un susurro porque otros casos gritan más, tienen más relevancia.
¿Por qué tan cobardemente la clase política mayoritariamente cristiana, no denuncia las atrocidades que a diario se están cometiendo? Silencio, solo el silencio hace que nos avergoncemos de semejante realidad. Ellos no, ellos callan, callan todos como muertos, que se jodan, dirán con sus silencios. Lamentable no oír a alguien repudiar estos actos propio de vándalos. Silencio. ¿Qué pasaría si ocurriese al revés?
¿Por qué nuestros políticos reniegan de lo que son? Y no digo, ni quiero que todo el mundo comulgue con las mismas ideas, cada cual es libre de tener sus propias creencias, faltaba más, pero, ¿por qué no permiten que cada cual tenga las suyas? Acaso los cristianos no tenemos los mismos derechos que los que profesan otras religiones, o no practican ninguna? ¿Acaso los cristianos nos metemos con esa otra gente?
Los cristianos creemos que todo el mundo es libre, por lo cual cada uno tiene la libertad de creer en lo que le venga en gana. Tal es así que si nos pusiésemos solo un instante en pensar bien las cosas, nos daríamos cuenta de cuánto bien hacen nuestras iglesias hasta a sus propios enemigos.
Leerán o no este escrito algunos políticos, pero les dará igual que mueren cientos o miles de personas por el simple hecho de ser cristianos, les dará igual los cientos de miles de personas que huyen de sus hogares y de sus ciudades por el simple hecho de ser cristianos, a muchos de ellos les dará igual, y muchos de ellos, posiblemente les duela algo lo que está ocurriendo, pero serán incapaces de denunciarlo. Ignoramos el motivo, o no.

*Texto extraído de Wikipedia

 


 

sábado, 4 de abril de 2015

NO PODEMOS NI DEBEMOS DAR UN PASO ATRÁS

A estas alturas de nuestras vidas, es triste reconocer el alto grado de fracaso que tiene la sociedad actual.

No hemos aprendido nada de los errores cometidos en el pasado y lo que es peor, que estamos siendo abocados a repetirlos si no lo estamos haciendo ya.

Los mayores no hemos sido capaces de enseñar a nuestros jóvenes la historia más reciente de España y tampoco la de siglos pasados. Observamos en los jóvenes de hoy un desapego total a lo que en realidad se necesita y se tiene que tener para que un país como España pueda prosperar. Por eso se ve lo que está ocurriendo hoy con tanta tecnología. Cualquier cantamañanas dice  algo y salen muchos en tromba a aplaudir y a seguir las instrucciones de ese encantador de serpientes.

No podemos y no debemos dar un paso atrás en nuestros logros conseguidos. No podemos ni debemos olvidar –para no volver a repetir- lo que sucedió en nuestro país hace muy pocos años y lo que está ocurriendo en la actualidad en otros países siendo jaleado por parte de la propia población.

Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde y el pueblo español es muy flojo de memoria.

Muchos políticos con sus cantos al sol han permitido que nuestra sociedad joven se haya convertido en una sociedad sin rumbo, los jóvenes quieren trabajar y no tienen donde hacerlo y al no tener un entretenimiento inventan cualquier cosa, este bien o mal, con tal de estar haciendo algo.

Los mayores hemos sido cómplices de las cosas que han ocurrido en nuestro país por permitir ciertas cosas y “casarnos” con determinados partidos políticos sabiendo que lo que iban o estaban haciendo no era bueno.

Hemos sido culpables de que nuestros hijos no hayan sabido valorar lo que se ha conseguido en España en estos años de democracia. Sobre todo, el sufrimiento de unos pocos para que unos muchos podamos estar como estamos en estos momentos y que a algunos, sin que les haya costado esfuerzo alguno vengan a hacer lo que les venga en gana ahora. ¿Dónde estaban en aquellos tiempos?

Por eso, antes de tomar ciertas decisiones, pensemos, no de forma individual, sino colectiva. Pensemos que queremos dejarle a nuestros hijos y a nuestros nietos. Qué clase de políticos, que clase de sociedad, que forma de vivir, de pensar, de hacer las cosas, pero lo mejor, que clase de familia queremos para sustento de nuestra sociedad.