Qué tristeza produce contemplar un
país que poco a poco se va desmoronando por culpa de la clase política y porque
los que mantienen a esa clase política les siguen riendo las gracias y
aplaudiendo porque ellos son también coparticipes en esa farsa en la que la
democracia nos ha metido no por el bien de todos los ciudadanos y por el propio
país, sino por una casta que lo único que ha sabido hacer es llenarse los bolsillos
y permitir que los de ellos se los llenen.
Tristeza nos produce ver como
gente “lustrada” que cuando los veías por la calle te daban ganas de quitarte
el sombrero y ahora solo se siente por ellos repugnancia, ¿Cómo se pude tener
la cara tan dura de, encima de tener unos sueldos mensuales suculentos que ya quisieran
muchos tener aunque sea una vez al año, tengan unas tarjetas para sacar dinero
a diestro y siniestro para gastárselo en los que les viniese en gana?
Tristeza nos produce ver a
algunos hombres de Estado traicionando la patria porque se han creído los
salvadores y quieren la independencia, cuando ahora es el momento de luchar
todos juntos por un bien común para poder salir adelante de la crisis que nos
ha ido consumiendo a los ciudadanos por culpa precisamente de ellos mismos.
No importa el color. -imagen Google- |