Una nueva Navidad se nos ha concedido. Un año más que
está a punto de comenzar.
No quiero que nadie me estropee esta festividad tan
entrañable para mí como católico. No quiero mirar para otro lado porque no
quiero que nadie desvíe mi atención ni aparte de mi ese sentimiento cristiano
que todos los que lo somos llevamos en nuestro corazón.
Los que no creen, nos critican y están haciendo todo lo
posible para que esta festividad nuestras se desvirtúen y pase desapercibidas. Muchos
de nosotros les seguimos la corriente y es más, a veces somos capaces de darles
la razón sin más. No somos capaces de hacerles frente y decirles solo una
palabra: Respeta. Solo eso.
Si ahora mismo, paseamos por cualquier pueblo –salvo alguna
excepción- podremos comprobar cómo están
decorados con motivos navideños, pero no voy a eso, voy a la felicitación que ese
pueblo no da, “Felices Fiestas” ¿Qué fiestas?
¿Por qué no se dice Feliz Navidad?
La política y la democracia tan deseada allá por los
años 70 del pasado siglo nos ha traído grandes y buenas cosas, pero la inmensa mayoría son cosas superfluas.
Los valores del ser humano, las creencias, el respeto, los buenos deseos, etc. algunos políticos y medios de comunicación allegados, se han encargado de
que desaparezcan, no por el bien nuestro, no por el bien de nuestro país, no,
solo por el bien de ellos, porque estos personajes no saben hacer otra cosa y
solo pretenden que seamos igual que ellos de torpes, no conviene que el pueblo
sea inteligente, conviene un pueblo torpe y fácil de dominar y lo están
consiguiendo con la complacencia de otros políticos y otros medios de comunicación, que no son
capaces de dar el paso para cortar esas cosas de raíz por aquello del complejo porque
los pueden llamar católicos o fachas. Triste realidad. Yo lo veo así.
Pero no dejemos que los arboles nos impidan ver el
bosque. Sigamos adelante contra viento y mareo. Defendamos nuestra forma de
ser, de pensar, de creer. Somos libres, los cristianos somos libres porque así
hemos nacido y tenemos que defender ese derecho que solo Dios nos ha dado. Esto
no lo ha hecho político alguno, solo el Todopoderoso.
Ojalá y de todo corazón lo deseo, que tengas una muy
feliz Navidad llena de salud y prosperidad, que el próximo año sea para ti el
mejor, que tengas un puesto de trabajo digno, que tengas salud, no voy a
desearte que tengas dinero, que también, pero el dinero es lo de menos aunque
falta si hace, pero sí que tengas el suficiente para tus cosas de diario y para
que puedas vivir desahogadamente. ¡¡Feliz Navidad!!