CON LAS NALGAS SOLLADAS
¡¡A mi no me mires!!
Las aguas bajan turbias en España
y todo el mundo se sacude cual perro huyendo de la mojada.
La juventud no se moja, se
declara apolítica, bueno, algunos, porque otros están dale que te pego a la vara
de dar leña que más de cuatro han salido de estas últimas elecciones con las
nalgas “solladas”. Aún están comprando cremas en las farmacias sin saber que
fue en realidad lo que les ocurrió.
Y más de uno se alegra aunque vea
que las cosas no son como creía y a pesar de que sabe que España va por buen
camino. Digo España no lo españoles que también vamos notando algo.
Pero que no da igual aunque
España se hunda. Que había que dar un escarmiento y se dio. Y punto.
Y, ¿ahora qué? Estamos todos
sobresaltados. A mí no me mires que yo no he sido. Dicen algunos. En
definitiva, que al pueblo español le importa una mierda el país, nos da igual
con tal de dar un escarmiento al partido político…Ah, depende de qué color sea
ese partido político, porque aquí estamos dispuestos a todo, y tenemos unas
tragaderas dignas de cualquier garganta que se precie, pero el partido es el
partido…
Y así nos va, nos ha ido y nos irá
hasta que cambiemos de forma de pensar.
El día que el español piense por
si solo, sin la necesidad de dejarse embaucar por político alguno o por
tertulias –chillonas- de periodistas con estómagos agradecidos, a España le irá
mucho mejor y por ende al ciudadano español.
Mientras eso ocurre, que los de
las nalgas “solladas” dejen las cremas de lado y que estudien donde estuvo el
error para perder unas elecciones que de haber explicado bien las cosas las hubiese
ganado.
El joven español, -el otro- el
que no se moja, el apolítico, que siga así, esperando la lluvia del cielo, que
no se defienda, que no defienda nada, que espere sentado a que los demás le
solucionen su problema, quizá, algún día le caerá toda la lluvia de golpe, pero
ya no podrá sacudirse y se preguntará ¿Quién fue? Le diré: a mí no me mires que
yo no he sido.