A LA TERCERA NO VA LA VENCIDA.
Madrid ayer, y por tercera vez consecutiva perdió
la oportunidad de organizar los Juegos Olímpicos para el año 2020.
Como siempre que las cosas no nos salen como
queremos buscamos a un culpable. Y no digo que no lo haya, que seguro que si,
porque por lo que estamos acostumbrados a ver, todo se mueve por el interés sobre
algo.
Pero siendo realistas, no busquemos al, o a
los culpables fuera de casa, porque posiblemente, el enemigo de España esté
dentro de la propia España, no fuera de ella.
España actualmente es un país de corrupción,
es el país del paro, es el país del separatismo, es el país en el que los políticos
no hacen otra cosa que tirarse los tratos a la cabeza. Es el país en el que
nuevamente ha vuelto la división. Las dos Españas. Es el país en el que una
parte de sus ciudadanos se ríe del mal de la otra parte, y se alegra de que las
cosas no le salgan bien.
Viendo todo esto desde dentro y más cosas que
no comento ¿Qué se piensa desde fuera de nuestras fronteras? ¿Acaso somos
serios, acaso nos toman desde el exterior como gente de fiar?
Un país serio no puede levantarse todas las
mañanas pregonando los casos de corrupción que nos aqueja y que parece que
nunca se va a acabar porque los procesos se dilatan en el tiempo.
Un país serio no puede vivir sin darle una
solución al lastre del paro. ¿Hasta cuando va a seguir sin tomar las medidas
oportunas que no sean fastidiar al pobre trabajador, y cuando digo trabajador
no solo me refiero al que trabaja por cuenta ajena, si no también a los empresarios
que diariamente dan el callo para no tener que cerrar sus empresas.
Un país serio no puede estar continuamente
con la espada de Damocles encima por los problemas del separatismo. A eso hay
que darle una solución ya poniendo a cada uno en su sitio.
Un país serio no puede tener ciudadanos que
se ríen y alegran de que a la otra parte las cosas no le salgan bien. Porque el mal de unos pocos, a la larga, es el
mal de todos.
Es el caso de la perdida de Madrid de las Olimpiadas del 2020.
Ya hay gente en diferentes medios que se
alegran de que Madrid no haya conseguido su objetivo. ¿Por qué? Creo que cuando
Barcelona si lo consiguió, todos los españoles nos alegramos y apoyamos aquel
proyecto, aunque aún hoy lo estemos pagando. Ah, pero eran otros tiempos,
cuando aún la ruindad no estaba de por medio y España estaba unida.
Barramos primero nuestra casa y después limpiemos
los ciscos en la ajena.
¡¡Pobre España!!