TODO FÁCIL
Cuidado con los
cantamañanas
A nadie se le esconde que la
situación política actual de España es para salir corriendo y no parar y no de
ahora sino desde hace ya unos cuantos años.
Siempre que se aproximan
elecciones todo el que quiere llegar a la poltrona de la mama se pone guay y
dice que es el mejor. El más alto, más rubio y con los ojos azules aunque sea
todo lo contrario. Incluso llega a presumir de ser el más trabajador y el que
más ha hecho por la sociedad y por su pueblo, aunque nunca haya dado un palo al
agua.
Los ciudadanos de a pie
escuchamos y observamos los movimientos
de unos y otros y si pudiésemos cogeríamos un buen palo o arma similar y dando
leña a troche y moche acabaríamos con la inmensa mayoría de aquellos -que dicen
ellos- que nos gobiernan, y pondríamos en su lugar a otras personas con más
sensatez.
Pero no es tan fácil. ¿A qué español
no le gustaría acabar con una gran mayoría de personajes que vemos que están
ahí desde que hicieron la Primera Comunión y que no hacen nada por el pueblo?
¿A qué español no le gustaría dar su voto a un partido político determinado que
nos dice que lo va a hacer mejor que el que gobierna en la actualidad o que
incluso que ha gobernado con anterioridad?
Comerle el coco a la gente es muy
fácil. Basta con observar la carencia de los pueblos y decirlo. Basta con
decirle a los ciudadanos que es de lo que carecen y que ese alguien está
dispuesto a dárselo para que se metan a ese pueblo en el bolsillo.
Pero del dicho al hecho va un
trecho. Una cosa es predicar y otra dar trigo y por lo tanto, no podemos jugar
con los intereses de toda una nación por el simple –nada menos- hecho de echar
y con toda la razón, a los actuales mandatarios e incluso, si los hubiese, a
los ex-mandatarios. Las venganzas nunca
son buenas y eso es jugar con los intereses, no solo de nosotros, sino de
nuestros hijos y nietos y los de toda España, que sabemos que eso de España a
muchos les importa una higa.
Ha salido gente a decirnos lo que
en realidad sabemos y que tienen toda la razón porque estamos más que hartos,
estamos hasta las mismísimas narices de que nuestros empleados nos ninguneen y
que encima se queden con nuestro dinero, pero no debemos, no podemos perder el
norte porque nadie nos dice la verdad, solo nos dice su verdad, la que ellos
saben que el pueblo quiere escuchar y con toda la razón. Cuidado, esta forma de
vida que tenemos actualmente, con todos sus defectos nos ha costado mucho
trabajo para conseguirla, no le echemos por tierra en este momento.
Una nación no es una fiesta, en
la que se nombra a una comisión para celebrar un festejo. Un país serio como es
España se merece un Gobierno sensato y serio, que sea capaz de sacarnos de la
podredumbre en que nos han metido y no que venga gente a crearnos más problemas
de los que tenemos.