sábado, 30 de enero de 2010

RECUERDOS DE GENOVES I PARTE


Mirando al pasado y recordando con anhelo mis primeros pasos en el barrio que me vio nacer, me ha llegado a la memoria aquellos tiempos de caminos de tierra y piedra, de viviendas sin agua corriente y sin luz más que la que ofrecía un simple quinqué, una vela o un trozo de tea cogido al agujero de la pared de piedra de la estancia que habitabas.


Pero en realidad nada echabas en falta, era la forma de vivir de aquellos tiempos y era lo que había.


El agua ibas a recogerla a la Madre del Agua, abajo sobre la bahía de Las Aguas en La Viña Grande con barriles en mulos o sobre los hombros si eras hombre y si eras mujer sobre la cabeza.


Alguna vez ocurrió que los animales resbalaban por aquel camino que no es el actual y caían al vacio con la carga, produciendo en la corta población de Genovés una alarma social que obligaba a todos los vecinos a ser solidarios con aquel que sufría tan grave accidente. El animal en cuestión se dejaba en aquel lugar si no se podía llegar a el, y servía de pasto a las aves de rapiña, entre ellas la gran cantidad de cuervos que abundaban en aquella época en La Viña Grande. Hoy ya no queda vestigio alguno de esa ave.


Los vecinos eran solidarios los unos con los otros y se ayudaban entre si en todo lo que hubiese menester. Siembras y recogidas de cosechas… y aquel que tenia los medios ayudaba con sus bestias al otro vecino para transportar la carga, bien hasta su casa o a sus terrenos. Nada se echaba en falta, pues poco había, pero todo el mundo era feliz.


Recuerdo ver a un vecino cantando por nuestros caminos todas las mañanas cuando iba al trabajo cotidiano. Todos se saludaban con la alegría de la felicidad que llevaban dentro aunque al regreso de aquel duro trabajo a su casa llegara “reventado”. No solo eran los hombres, también las mujeres que luego al llegar tenían que hacer la labor diaria de su casa.


Recuerdo aquellos años sin luz con calles oscuras de noche, porque la electricidad llegó a Genovés con treinta años de retraso respecto a otros barrios de Garachico. ¡Treinta años!


Siempre ha pasado lo mismo, las cosas a Genovés llegan con mucho retraso. El Presupuesto municipal no alcanza para Genovés y hay que dejarlo para una segunda fase. Siempre igual. Los vecinos más pudientes, posiblemente aquellos que regresaban o tenían parientes en Venezuela comenzaron a electrificar sus viviendas. Más tarde llegaría para esos mismos vecinos la televisión. Ellos abrían las puertas de sus casas con el fin de que aquellos que no teníamos tele pasaran a verla. Los mayores se sentaban en sillas o bancos y los pequeños en el suelo y todos muy contentos. Allí vimos por primera vez las corridas de toros en blanco y negro, películas del Oeste americano, Jim West, Bonanza etc. etc. Los telediarios… todo esto en diferido...


Continuará el próximo fin de semana...