sábado, 6 de febrero de 2010

RECUERDOS DE GENOVES II PARTE



...porque la señal televisiva no llegaba a Canarias para retransmitirlo en directo.
Más tarde otros vecinos cobrarían por ver la tele y pagábamos gustosamente, era una cantidad ínfima pero servía para paliar los gastos y así ya no “molestábamos” a esos vecinos que compartían con nosotros lo que buenamente tenían. Sirvan estas líneas de agradecimiento a todos ellos – más bien a ellas-.

Hoy que tenemos de todo: ¿seriamos capaces de soportar todas aquellas cosas que nuestros mayores tuvieron que soportar y compartir tan a gusto?
Recuerdo las fiestas de Genovés. Eran bulliciosas, alegres, con armonía, con tranquilidad donde todos los vecinos sin excepción disfrutaban de ellas, todos empujaban, entre todos se enramaban las calles, banderas, guirnaldas, brezos, ayas, colchas en las fachadas de las casas, la banda de música tocando desde temprano la Diana Floreada, los miembros de la comisión madrugaban y acompañaban a la banda tirando cohetes. El olor a carne que despedían los ventorrillos. Siempre había alguien que con una guitarra cantaban unas folias o malagueñas.

Se comunicaba a los residentes de Genovés en Venezuela que se iba a celebrar la fiesta en Genovés y allí, formaban una comisión paralela a la del Barrio y recaudaban dinero que luego nos enviaban. O compraban un obsequio para la iglesia como fue el caso del reloj o del órgano.
¿Qué ha sido de todo esto que cuento y que mis vecinos saben que es verdad? ¿En que ha quedado todo?

Recuerdo aquel grupo de jóvenes que un día nos reunimos en una casa particular pues no había lugar mejor y formamos aquella Escala en Hi-Fi que estrenaríamos en la festividad de nuestra Patrona, luego también actuamos en la festividad de la Virgen de Fátima, y solo lo hacíamos por amor a nuestro pueblo. Actuamos también en San Juan del Reparo, En San Antonio, barrio de Icod de los Vinos, en Chirche Guía de Isora, en el antiguo cine de Garachico.

Recuerdo con anhelo aquel grupo folclórico, Brisas del Teide en el que actuaban mayores, jóvenes y niños de Genovés -yo no pude hacerlo, no contaron commigo- y que un día desapareció por arte de magia.
Todo eso se ha perdido desgraciadamente.

Los tiempos no han cambiado, los hemos cambiado nosotros y eso no es bueno, salta a la vista.
Hoy, al contrario de aquellos tiempos de penuria tenemos de todo y nos falta lo más importante, la unión y el cariño entre los vecinos por el bien de Genovés. Mientras sigamos así, otros se estarán beneficiando.

Nuestros hijos se van fuera en busca de otras cosas que su barrio les niega y nos vamos quedando solo los mayores y no hacemos nada. Poco parece importarnos.
Genovés se merece todo y debemos luchar por conseguir ese todo, pero para eso necesitamos hoy más que nunca la unión. La unión hace la fuerza.

¿Qué atractivo puede ofrecernos hoy nuestro barrio? ¿Qué podemos ofrecer a aquel que nos visita para que se quede entre nosotros? Y lo más importante, ¿Qué tenemos hoy en día en Genovés que nos resulte atractivo a nosotros mismos?

De cualquier manera, Genovés es mi Genovés, lo llevo en mi sangre y defenderé su nombre allá donde yo vaya. Es mi pueblo, el pueblo que me vió nacer y donde vivo, el pueblo por el que he luchado y seguiré luchando como pueda y mientras pueda sin miran atrás pero no olvidando aquel pasado de calles oscuras de tierra y piedras.