martes, 16 de febrero de 2010

EL COCHE... ENEMIGO PUBLICO





En la actualidad y desde hace bastante tiempo, el coche viene siendo un miembro más de la familia. No podemos prescindir de el por más que queramos. Es raro que en cualquier casa no haya más de uno pero como uno de ellos se nos averíe, lo tenemos que reparar ya, aunque solo sea para tenerlo en casa y poder verlo.





El coche, es el gran contribuyente a la hora de pagar impuesto al Erario Público, antes de obtenerlo ya has tenido que pagar el primer impuesto, el de matriculación y el de rodaje, luego el seguro, la gasolina, el mantenimiento, los recambios, las reparaciones. O sea, que el coche es gran paganini, todo lo que se mueva a su alrededor lleva un impuesto incluido.


Hoy sin el coche somos prácticamente inútiles. ¿Hasta donde somos capaces de llegar sin el coche? Lo máximo al cuarto de baño o la cocina. Pero e aquí que surge el gran problema: no te puedes mover mucho con el, porque a donde quiera que vayas son todo problemas; discos de prohibición, rayas continuas, rayas amarillas, prohibido aparcar, prohibido estacionar, prohibido subir, prohibido bajar. Prohibido, prohibido, prohibido. Todo son prohibiciones.


Si te desplazas a comprar a cualquier pueblo, te encontrarás con enormes atascos que te desgracian el día, si buscas donde aparcar tienes que hacerlo en un parking si lo encuentras y por lo tanto tienes que pagar, si te arriesgas a aparcar en algún lugar donde no debes aunque no molestes, al llegar te encontraras con la sanción correspondiente. Encima que vas a dejar el dinero en ese pueblo, tienes que pagar, para que la compra te salga más barata.


De esta manera hoy, hay muchos comercios que están cerrando sus puertas porque los clientes se han tenido que desplazar a otros lugares donde todo son facilidades, ¡¡porque puedo llegar con el coche hasta la puerta del establecimiento y no tengo que pagar parking por lo cual me ahorro tres o cuatro euros, y encima el coche lo dejo bajo techo y vigilado y no tengo que estar por las calles cargando las bolsas de la compra!!


Los gobernantes tienen que ser conscientes de ese problema y proporcionarle al contribuyente todas las facilidades para que el gran paganini- o sea el coche- no sea el enemigo público y que cuando tengamos que desplazarnos con el, todo sean facilidades.


Reconozco que tienen que haber limitaciones, como todo en la vida, pero no tanta prohibición ni tanta persecución contra el coche y por ende, del usuario.