domingo, 17 de octubre de 2010

TENEMOS TANTO... Y NO TENEMOS NADA.

En la foto: cables aereos de electricidad

Desde hace ya quizá muchos años, se viene machacando, bien boca a boca o través de los diferentes medios de comunicación, la importancia que tiene que entre todos cuidemos nuestro entorno, nuestros paisajes.
La limpieza y el orden entre otros, son primordiales para unas Tierras que viven prácticamente de lo que nos proporciona el turismo. Un turismo al que debemos entre todos de cuidar más de lo que lo estamos haciendo, pues, podemos ver como cada año las visitas de ese turismo que nos aporta el sustento diario va menguando.

Si viajamos fuera de nuestras islas, podemos comprobar como en cualquier parte de la misma Península para no ir más lejos, se nos ofrecen un largo etcétera de ofertas y de cosa que podemos ver y tocar. Bonitos paisajes, museos, catedrales, grandes restaurantes o simplemente nos podemos adentrar en esos pueblitos perdidos con apenas cincuenta o cien habitantes y que todo lo tienen reluciente como el oro, no se ve un solo papel tirado en sus viejas calles o plazas. Papeleras y contenedores para colocar la basura situados en lugares estratégicos y que apenas molestan la mirada del visitante.

En nuestras Islas aun queda mucho trabajo por hacer, y, para eso las administraciones locales tienen que llevar la voz cantante. Tenemos mil cosas por hacer en nuestros barrios que cada día aparecen más abandonados. Pero no se trata de edificar más, creo que ya está todo hecho salvo en algunos casos. Se trata de mantener. ¿Para que hacer un gran centro cultural, polideportivo, piscina… si luego no la cuidamos, no le damos el mantenimiento correspondiente o los vecinos no sabemos darle el uso correcto?

Nuestros barrios lucen sucios y envejecidos, que no viejos, no se aprueba un plan de barrios para adecentar las fachadas de sus viviendas abandonadas, edificios públicos, parques, jardines, polideportivos, y calles. ¿Para que queremos un bonito centro cultural si la farola que lo debe iluminar de noche no lo hace? ¿Para que queremos jardines, si no hay flores? Y así tantas cosas.

Nuestro entorno deja mucho que desear al visitante ¿Qué le podemos ofrecer? ¿Unas calles llenas de porquerías de perros o manchadas de cemento y pintura porque alguien al pintar su vivienda derramó en ella lo que le sobró y que el concejal de turno no supo atajar? ¿Unos tendidos de cables de electricidad que pese a que algunos de nuestros barrios tienen las calles preparadas para que esos cables vayan soterrados y aún están aéreos molestando la visión de nuestros pobres paisajes?

Nuestros gobernantes deben de ponerse manos a la obra y dejar de inventar cosas. No queremos nada más, ya tenemos de todo y tenemos tanto que no tenemos nada.

Ahora toca una profunda reflexión ¿Qué hacer con lo que tenemos? Nada más. ¿Es tan difícil?