domingo, 8 de septiembre de 2013

A LA TERCERA NO VA LA VENCIDA.

Madrid ayer, y por tercera vez consecutiva perdió la oportunidad de organizar los Juegos Olímpicos para el año 2020.

Como siempre que las cosas no nos salen como queremos buscamos a un culpable. Y no digo que no lo haya, que seguro que si, porque por lo que estamos acostumbrados a ver, todo se mueve por el interés sobre algo.

Pero siendo realistas, no busquemos al, o a los culpables fuera de casa, porque posiblemente, el enemigo de España esté dentro de la propia España, no fuera de ella.

España actualmente es un país de corrupción, es el país del paro, es el país del separatismo, es el país en el que los políticos no hacen otra cosa que tirarse los tratos a la cabeza. Es el país en el que nuevamente ha vuelto la división. Las dos Españas. Es el país en el que una parte de sus ciudadanos se ríe del mal de la otra parte, y se alegra de que las cosas no le salgan bien.

Viendo todo esto desde dentro y más cosas que no comento ¿Qué se piensa desde fuera de nuestras fronteras? ¿Acaso somos serios, acaso nos toman desde el exterior como gente de fiar?

Un país serio no puede levantarse todas las mañanas pregonando los casos de corrupción que nos aqueja y que parece que nunca se va a acabar porque los procesos se dilatan en el tiempo.

Un país serio no puede vivir sin darle una solución al lastre del paro. ¿Hasta cuando va a seguir sin tomar las medidas oportunas que no sean fastidiar al pobre trabajador, y cuando digo trabajador no solo me refiero al que trabaja por cuenta ajena, si no también a los empresarios que diariamente dan el callo para no tener que cerrar sus empresas.

Un país serio no puede estar continuamente con la espada de Damocles encima por los problemas del separatismo. A eso hay que darle una solución ya poniendo a cada uno en su sitio.

Un país serio no puede tener ciudadanos que se ríen y alegran de que a la otra parte las cosas no le salgan bien.  Porque el mal de unos pocos, a la larga, es el mal de todos. 

Es el caso de la perdida de Madrid de las Olimpiadas del 2020.

Ya hay gente en diferentes medios que se alegran de que Madrid no haya conseguido su objetivo. ¿Por qué? Creo que cuando Barcelona si lo consiguió, todos los españoles nos alegramos y apoyamos aquel proyecto, aunque aún hoy lo estemos pagando. Ah, pero eran otros tiempos, cuando aún la ruindad no estaba de por medio y España estaba unida.

Barramos primero nuestra casa y después limpiemos los ciscos en la ajena.

¡¡Pobre España!!