domingo, 11 de enero de 2015

LE HACEMOS CASO A CUALQUIER CHIFLADO

POR SUERTE, NO TODOS SON IGUALES

Muchas veces -y cada día que pasa más- los ciudadanos nos quedamos bobos cuando vemos ciertas cosas en los medios de comunicación.

Yo, como muchos otros de mi edad y aún más jóvenes no tuvimos la oportunidad de tener unos estudios superiores, pero que la vida nos ha dado la oportunidad de que podamos aprender, y miramos a muchos legos del periodismo y no salimos de nuestro asombro.

Resulta que sale por ahí cualquier chiflado y ves una nube de periodistas, de cámaras y fotógrafos que ni en los tiempos de Nikita Kruschev. Salen como los hongos, de todas partes y rodean a este mequetrefe haciéndole una publicidad que espanta. Con los problemas que hay en este país… y abren los telediarios con la “gran noticia” del día.

Luego nos enteramos que hay un científico o como se llame en el quinto pino, que ha descubierto un antídoto para el ébola y lo resumen en treinta segundos sin darle más importancia. O, que un economista ha encontrado la solución a la crisis mundial y esa noticia pasa desapercibida.

Y nos preguntamos ¿Cuánto sacrificio les cuesta a unos padres y a todos nosotros con las becas,  para que estos hijos nuestros hayan estudiado periodismo para ver luego esto?

¿Cuántos años de estudios le cuesta a un joven para que luego los medios de comunicación los obliguen a rodear a cualquier pirado para hacerle una entrevista o sacarlo en la primera pagina de los telediarios?

Así nos damos cuenta de cómo anda esta sociedad. Estamos dominados por una casta periodística que junto con los políticos de turno, poco a poco nos ha ido imponiendo sus ideas y que sin darnos cuenta nos han hecho entrar por la puerta de la ignorancia y de la estupidez. Porque la verdad, en esta sociedad nuestra hay pocas cabezas bien amuebladas.

Pero claro este periodismo – no todo- se ha inventado una forma de informar a la población, donde te meten una programación de chismería y alcahuetería que ha enganchado a gran parte de la población que ya no reacciona por si  misma sino por lo que le diga el “periodista” de turno, y a las pruebas me remito. Tan solo basta con ver cualquier tertulia.

El periodismo tiene que ser otra cosa. El periodista tiene que ser objetivo, imparcial, veraz. Alabar lo que se hace bien y criticar lo que no se hace o se hace mal. Estar al lado del pueblo siempre y no del político de turno ni venderse el mejor postor. Pero claro, tal y como está montado el chiringuito, tenemos que entenderlo.

Pero si que tiene que ser frustrante para un joven periodista que con grandes esfuerzos y después de muchos años, ha acabado su carrera, para una vez logrado su objetivo verse abocado a elaborar su profesión de esta manera.