lunes, 8 de diciembre de 2014

CADA PUEBLO TIENE LO QUE SE MERECE

Que bonito es vivir en un pueblo bonito

NORMALMENTE EL FALLO ESTÁ EN CASA

Cuando tenemos algo de tiempo y podemos observar las cosas con detenimiento, cosa que no ocurre con frecuencia debido al ajetreo diario, resulta que uno se da cuenta de las faltas, los fallos y las virtudes de cada pueblo.

Y, es que cada pueblo se merece lo que tiene. Bueno esto siempre se ha dicho pero no escarmentamos, y cuando vemos que en otro lugar dentro del propio municipio se hacen ciertas cosas que no se hacen en el de uno, se suele poner el grito en el cielo para echar la culpa a ese lugar privilegiado, o a sus vecinos.

Pero la verdad es, que es como en nuestra propia casa, si sus propietarios no trabajan en ella y la cuidan no pueden esperar sus dueños a que vayan los vecinos a hacerlo por ellos.

Observamos con frecuencia como los pueblos de los alrededores van avanzando mientras que los nuestros se van quedando atrás. Y no es culpa de los otros, es culpa de los vecinos de los propios pueblos que solo miran a su alrededor sin elevar la cabeza más allá de sus hombros. La cabeza hay que levantarla más porque si no, corremos el riesgo de no ver nada y solo alcanzaremos a ver nuestro propio ombligo. Y se dice: en ese pueblo se hacen cosas porque la gente es unida y nosotros no, y no es eso, lo que pasa realmente es que en esos otros pueblos la gente es más luchadora y trabaja por el bienestar de su entorno y de sus vecinos, mientras que en los nuestros nada se exige a los representantes municipales.

Pero resulta gracioso comprobar cuando los representantes del pueblo se acercan a los vecinos invitados a una asamblea. O no asiste nadie, o van muy pocos y de los pocos que asisten, solo algunos osan preguntar algo que suele ser su problema particular y no el del lugar. Solo yo, yo y después yo. Y cuando se ve atendido, se levanta y se marcha rompiendo la reunión. Y si a alguien se le ocurre profundizar en los temas generales nadie presta atención.


Por lo tanto que no se busquen culpables en otros lugares, porque normalmente los culpables están dentro de nuestra propia casa.