martes, 8 de agosto de 2017

DEJAR LA MALA BABA

Hace unos días tuve que dirigirme a una entidad bancaria donde tengo depositado mi dinero con la finalidad de hacer unas gestiones. Como no estaba seguro de a donde tenía que ir, me dirigí a uno de aquellos lugares. Con mi mejor sonrisa salude a la señora que allí se encontraba, le expuse mi caso y le pregunte si aquel era el lugar indicado. A mi saludo la señora me contesta secamente y con cara de pocos amigos con un buenos días y a mi pregunta me dice que sí, que es este el lugar.

Continué con mi alegato sobre lo que intentaba hacer y que aquello era nuevo para mí pues no sabía cuál era el lugar al que tenía que dirigirme. Mientras yo intentaba establecer un dialogo con la bancaria ella fue incapaz de responder a nada. Se limitó a hacer lo que yo solicitaba y nada más. No sé si la señora bancaria tenía dientes o no porque en momento alguno esbozó siquiera una sonrisa que nada cuesta ni esfuerzo hay que hacer.

Todo esto viene a cuento porque hoy al parecer hay lugares en los que  para hacer una gestión tienes que pedir audiencia y ser algo bobo porque así la persona que está detrás de un mostrador o en una mesa se siente superior.

No voy a generalizar, pero sí que se puede observar la poca capacidad que tienen muchos empleados o empleadas a la hora de atender a un cliente. Muchos cuando te atienden parece que te están haciendo un favor y  bastante complicado lo tenemos ya los ciudadanos con todas estas majaderías que se han inventado en muchos lugares que hasta tienes que coger numero para que te atiendan aunque en ese establecimiento no haya cliente alguno salvo tu.

Hay muchas personas con cierta edad que se sienten descolocadas por ejemplo en entidades bancarias. Se ven obligadas a ir a un cajero sin tener la menor idea de que hacer para retirar dinero y cuando piden ayuda se les presta la mínima atención como si ese cliente estorbara.

En otros establecimientos puedes ir con un problema y no te dan soluciones, ni muestran la mínima atención por ese problema que para ti es un mundo y que ese empleado/a que te está atendiendo, normalmente, si la solución no está en su mano, si él quiere te puede dar la solución. Pero no, prefiere callar y no facilitar ayuda y se queda tan fresco o fresca.

Se ha perdido el lado humano de las personas, se ha perdido esa parte que tenemos oculta que se llama caridad, se ha perdido el respeto y lo que primero se muestra es la mala baba que algunos y algunas llevan dentro.

No logro entender eso de exigir un curriculum al demandante de empleo que puede ser un gran profesional, pero que le falta lo más básico, ser persona, ser educado, dar solución a los problemas de su cliente, sonreír que nada cuesta y dejar,- como esta señora del banco-  la mala baba y su mala leche en su casa antes de salir a cumplir con su obligación en el puesto de trabajo, que para eso cobra. Así de fácil.