domingo, 2 de enero de 2011

¿QUIEN SE APUNTA?



Ya están engrasando la maquinaria todos los partidos políticos presentando a sus cabezas de lista con la vista puesta en las proximas elecciones. Volverán a repartir panfletos casa por casa, visitarán a los vecinos, apretones de mano, besos, algún abrazo, sonrisas… Pegada de carteles, mítines, promesas, reparto de papeletas de cada partido político con el nombre de los componentes de cada plancha, etc. etc.

Todo esto conlleva un largo y a veces pesado trabajo que gracias a simpatizantes y colaboradores se lleva a buen fin.

Pero, supuestamente, el trabajo de más responsabilidad es: buscar a los candidatos. No es fácil si hablamos de un partido político responsable buscar gente útil y merecedora de llevarla en una plancha. Se puede encontrar un montón de gente, saldrán como champiñones de cualquier escondrijo y presionaran a quien corresponda para ir en las listas, pero: ¿esas personas están preparadas para desempeñar semejante responsabilidad?

El buen concejal no solo a de ser honesto sino parecerlo. Responsable, serio y riguroso, amigo de sus vecinos, que no amigote, nunca decir si a todo el mundo, no se puede. O se está a bien con Dios o con el diablo, pero nunca con ambos. Imposible. Un buen concejal siempre velará por lo intereses de todo el pueblo no solo de algunos. Nunca beneficiar a un vecino a coste de perjudicar a otro.

Con la actual situación de crisis que asola nuestro país, un buen partido político lo tendría muy fácil para probar la buena voluntad de aquel que realmente quiere ser un buen concejal. Los concejales no cobrarán salario alguno de las arcas municipales salvo el alcalde y quizá algún concejal más. Los demás trabajarían por su pueblo después de su jornada de trabajo particular.
Ese para mi, actualmente, sería el mejor concejal tal y como nos encontramos económicamente en Canarias.

También se estudiaría una formula parecida para cabildos y Gobierno autonómico.

Fuera coches oficiales, fuera tarjetas, fuera móviles, fuera subvenciones innecesarias y fuera otras tantas cosas que el ser humano de a pie no tiene y que tampoco necesita para subsistir. ¿Cuánto nos ahorraríamos en cuatro años?

Mi atrevimiento llega a esta conclusión porque se que esto se puede hacer, porque conozco gente que si lo ha hecho. Y todo, por el simple arrojo de trabajar por su pueblo. Como se dice coloquialmente, “por echar una mano”

Falta ya muy poco, apenas cuatro meses para las próximas elecciones, podemos probar. Cuatro años se pasan volando.

¿Quién se apunta?